La cultura de la
participación permite mantener relaciones en las que cada individuo tiene la posibilidad
de intercambiar información,
comentarios, experiencias, ideas a la vez que poder trabajar colaborativamente sobre el conocimiento de forma dinámica.
Implica
una evolución en cuanto a la comunicación, nos hallamos inmersos
en la web 3.0 donde las redes sociales nos permiten poner en
juego la interacción y la participación.
La
cultura de la participación, está compuesta por audiencia activa de productores, receptores, creadores y usuarios.
Donde convergen aspectos tradicionales y tecnológicos y donde se
convive con participantes/usuarios con diferentes niveles de creación y producción. Por lo tanto
nos encontramos que no todos los alumnos/usuarios pueden acceder a poseer la
cultura de la participación de una forma homogénea, debido a lo que conocemos
como “brecha digital y cognitiva”, que
nos lleva a percibir que hay un acceso desigual a las oportunidades,
experiencias, capacitación y conocimiento.
Es
fundamental que los educadores
aseguremos que los alumnos obtengan las destrezas necesarias que les faciliten
ser participantes activos y se sientan
ciudadanos globales que participan en red.
Si
se trabaja desde las aulas se pueden llegar a
conseguir aspectos muy positivos
y beneficiosos para uno mismo y para la sociedad, como ejemplo os comparto un
ejemplo de humanidad. Con esta noticia vemos que la participación a veces
cuesta, no es gratuita pero sí necesaria y cada vez consigue estar en lo más
alto de la cúspide.
La
historia de Pablo Raez se extendió por las redes sociales el pasado verano, fue
viral su lucha contra la enfermedad y consiguió llegar al millón de donantes de
médula.
Para
finalizar comparto una imagen donde se
puede observar perfectamente la cultura
de la participación y su trabajo en las aulas:
Las herramientas utilizadas para
la creación de la actividad han sido las siguientes páginas web: